Ed Sheeran, el artista pop multi-platino, ha ido subiendo el volumen en escenas que muchos consideran antipodas de su mundo: desde colaboraciones y encuentros en directo con bandas como Bring Me The Horizon hasta un proyecto aparentemente terminado con Cradle of Filth. Este post contrasta lo sabido hasta ahora, separa rumor de hecho y plantea qué significa todo esto para el metal hoy.
Por qué importa: no es solo una anécdota viral
Cuando un artista con el alcance mundial de Ed Sheeran coquetea con grupos de metal o metalcore, se generan efectos en tres planos: 1) visibilidad masiva para las bandas implicadas; 2) debates sobre identidad y autenticidad en las escenas; y 3) movimiento cultural: nuevos oyentes, posibles fusiones y, claro, reacciones airadas de puristas. Esto convierte cualquier colaboración en noticia con impacto real más allá del espectáculo.
Bring Me The Horizon: del escenario conjunto a escribir juntos
El primer gran encuentro público ocurrió en los BRIT Awards, cuando Ed Sheeran subió al escenario con Bring Me The Horizon en una versión más pesada de su repertorio. Desde entonces se anunció que la banda y Sheeran estaban escribiendo material juntos, una alianza que apunta a mezclar sensibilidad pop con texturas y dinámicas propias del rock moderno.
Cradle of Filth: ¿colaboración improbable o realidad consumada?
El caso de Cradle of Filth es el que más ha alimentado titulares: durante años Dani Filth comentó la posibilidad, y en 2024-2025 ha llegado a decir que el trabajo entre la banda y Ed Sheeran está “hecho” o “done and dusted”, y que Sheeran “realmente se ha esforzado” en la pieza. Sin embargo, la información sobre el estado de ese tema (si se lanzará, cuándo o en qué álbum) ha ido variando según entrevistas y declaraciones.
Hay además señales contradictorias: mientras Dani Filth confirma progresos y hasta afirma que gente lo ha escuchado y “lo ha amado”, desde dentro de la propia escena han saltado voces críticas y tensiones internas en la banda que cuestionan el enfoque y hasta piden retirar contribuciones relacionadas con la colaboración. Esto añade una capa de complejidad: no es solo la colaboración en sí, sino cómo se gestiona dentro del colectivo artístico.
Estado real de las colaboraciones: lo confirmado vs. lo especulativo
- Bring Me The Horizon + Ed Sheeran: actuación conjunta en los BRIT Awards y declaraciones públicas sobre escribir canciones juntos; confirmado como proyecto en curso.
- Cradle of Filth + Ed Sheeran: múltiples declaraciones de Dani Filth apuntan a que hay material realizado y que Sheeran participó activamente; sin embargo, la fecha de publicación, el formato (single o pista en álbum) y la aceptación interna siguen siendo variables. Hay reportes recientes de que algo fue hecho y compartido en privado.
- Otras interacciones: Sheeran ha mostrado interés público por el metal y por bandas de la escena; también ha colaborado en directo con artistas de corte pesado en momentos puntuales. Esto es verificado y repetido en varias crónicas.
Reacciones de la comunidad: expectativas, rechazo y curiosidad
Las reacciones son mixtas y ruidosas. En foros y redes, hay quien celebra que Sheeran pueda acercar público a bandas extremas; otros denuncian oportunismo o dilución estética. Parte de la división se explica por dos factores: la visibilidad que aporta Sheeran (millones de oyentes nuevos) y la percepción de pérdida de “rigor” o “credibilidad” que algunos asocian a la entrada de estrellas pop en terrenos considerados sagrados por el underground. Las conversaciones en Reddit y comentarios en medios especializados lo ilustran bien.
Riesgos y fricciones: internamente y en la recepción pública
No todas las reacciones vienen solo del público externo: en el caso de Cradle of Filth se han reportado tensiones internas relacionadas con la colaboración, incluyendo acusaciones de mala gestión y decisiones creativas polémicas que han llevado a cambios en la formación o a peticiones de retirar aportes. Esto demuestra que una colaboración de alto perfil puede convertirse en un foco de conflicto si no se alinea con la cultura interna de la banda.
¿Qué gana y qué pierde el metal con estas alianzas?
Posibles ganancias: mayor audiencia, curiosidad por sonidos extremos, recursos (producción, promoción) y experimentación sonora. Artísticamente, sumar voces tan distantes puede producir texturas inéditas y expandir el lenguaje del género.
Posibles pérdidas o costes: pérdida de aura underground para ciertas escenas, acusaciones de “mainstreaming”, y tensiones internas que pueden afectar la integridad creativa de una banda. El equilibrio dependerá del respeto artístico y de cómo se publique y contextualice la colaboración.
Ejemplos históricos que iluminan el presente
La historia del rock y el metal está llena de cruces impensables en su momento: desde fusiones con rap en los 90 y 2000 hasta colaboraciones pop–rock que luego se aceptaron como parte del canon. Con el tiempo, muchas de esas uniones que parecían herejías se integraron en el relato musical. Eso no garantiza aceptación inmediata, pero sí ofrece perspectiva: la reacción inicial rara vez es el veredicto definitivo.
¿Qué esperar ahora?
Es probable que veamos más experimentos y anuncios: pistas cruzadas, invitados en giras, y –si las informaciones sobre Cradle of Filth son ciertas– lanzamientos que obliguen al público a escuchar antes de juzgar. También cabe esperar que algunas colaboraciones se queden en el cajón por razones comerciales o internas.
Reflexión final
Ed Sheeran en el metal no es un hecho aislado ni una moda pasajera: es la manifestación de una escena musical donde las fronteras se vuelven permeables. Eso genera ruido, sí; pero también posibilidad. Lo importante será cómo se manejen las colaboraciones: con respeto, intención artística y transparencia. Si eso ocurre, el resultado podría ser una ampliación legítima del público del metal; si no, la polémica quedará como anécdota mediática.