Dead y el nacimiento del black metal noruego: entre la obsesión y la tragedia
Per Yngve «Dead» Ohlin (16 de enero de 1969 – 8 de abril de 1991) fue el vocalista original de Mayhem y una de las figuras más enigmáticas, perturbadoras e influyentes del black metal noruego. Su vida, marcada por la oscuridad, la fascinación con la muerte y el arte extremo, dejó una huella profunda en la historia del metal.
Una visión extrema: el nacimiento del corpse paint
Dead no solo usaba maquillaje blanco y negro. Él fue el creador del concepto corpse paint tal y como lo conocemos hoy. Su objetivo era parecer un cadáver en el escenario, no un personaje. Para lograrlo, enterraba su ropa semanas antes de los conciertos para que tuviera olor a putrefacción y se llevaba bolsas con animales muertos para olerlos antes de salir a tocar. Decía que eso lo ayudaba a “sentir la muerte”.
En escena, su comportamiento era igual de extremo. Se autolesionaba con vidrios rotos y cuchillas, sangraba deliberadamente ante el público, y no buscaba asistencia médica. No era actuación, era parte de su mundo interno.
Mayhem y la escena noruega
Dead se unió a Mayhem en 1988. Con él, la banda empezó a convertirse en uno de los pilares del black metal de segunda ola. Su voz agónica y desgarrada marcó grabaciones en vivo como Live in Leipzig, considerado un testimonio crudo del sonido y la actitud de esa época.
El entorno en el que se movía Mayhem era oscuro y extremo. La banda no solo compartía una visión nihilista, sino que también estaba rodeada de tensiones, rivalidades y comportamientos cada vez más destructivos.
La tragedia: una muerte que lo cambió todo
El 8 de abril de 1991, Dead se suicidó en la casa que compartía con los demás miembros de la banda, en Kråkstad. Se cortó las venas y luego se disparó en la cabeza con una escopeta. Tenía 22 años. Junto a su cuerpo dejó una nota que comenzaba con la frase: «Excuse all the blood…».
El guitarrista de Mayhem, Euronymous, fue quien encontró el cuerpo. En lugar de llamar inmediatamente a las autoridades, tomó fotografías del cadáver, una de las cuales terminó como portada del infame bootleg The Dawn of the Black Hearts. Se rumoreó —y fue confirmado por algunos miembros del entorno— que Euronymous recogió fragmentos del cráneo de Dead y los convirtió en collares que entregó a músicos cercanos a la escena.
¿Leyenda o realidad?
Durante años, muchos consideraron exageradas esas historias. Sin embargo, testimonios como los de Hellhammer (batería de Mayhem) confirmaron que los collares existieron. También se dijo que Euronymous cocinó parte del cerebro de Dead, aunque esta parte ha sido más debatida y probablemente mitificada.
Lo que es innegable es que la muerte de Dead supuso un punto de inflexión para la escena noruega. No solo por la brutalidad del suceso, sino por la manera en que fue tratado por sus compañeros. A partir de ahí, la escena se volvió aún más oscura, y derivó en una espiral que incluiría iglesias quemadas y asesinatos en los años siguientes.
Un artista atormentado
Dead sufría de depresión severa y pensamientos suicidas desde antes de unirse a Mayhem. Sus amigos afirmaban que hablaba de la muerte como algo inevitable y liberador. Algunos creen que el ambiente tóxico y competitivo de la escena noruega agravó su estado mental. Otros lo consideran un mártir artístico, que vivía su visión hasta las últimas consecuencias.
Legado
Hoy en día, Dead es considerado una figura trágica y clave en la historia del black metal. Su voz, estética y actitud han sido replicadas, homenajeadas y estudiadas. Pero su historia también sirve como advertencia sobre los límites del arte extremo y los peligros de glorificar el sufrimiento sin entender su raíz.
En grabaciones como Live in Leipzig podemos seguir escuchando su legado: una mezcla de rabia, dolor y nihilismo que sigue resonando en generaciones posteriores.
¿Dónde está el límite entre la expresión artística y la autodestrucción? Con Dead, esa línea se borró. Y el black metal nunca volvió a ser el mismo.
Where heavy riffs meet deeper thoughts.
Imagen: Loud Magazine